Oración a San Alejo Protección Maleficios y Malas intenciones

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Oración a San Alejo Protección Maleficios y Malas intenciones

Oración a San Alejo Protección Maleficios y Malas intenciones. Querido San Alejo, santo virtuoso y generoso, quien renunció a su vida familiar por la humildad y caridad, hoy te invoco en este momento de aflicción en mi vida y la de mi familia. Siento la presencia del mal.

Siento a mi alrededor las fuerzas oscuras que actúan sobre mi debilidad. Sé que respondes a nuestros llamados de auxilio cuando nos encontramos afligidos por males. Bondadoso San Alejo, protector incansable.Oración a San Alejo Protección Maleficios y Malas intenciones

Te suplico que acudas a este llamado. Te pido que alejes de mí todo lo negativo: brujerías, hechizos, enemigos, envidias y traiciones. Confío en tu poder para apartar de mi camino cualquier intento de daño.

San Alejo bendito, cuya influencia tiene el poder de eliminar la maldad, te ruego que me hagas invisible ante aquellos que desean perjudicarme. Te pido que me protejas, defiendas y me infundas energía y fuerza.

Dame el valor para superar los males que me aquejan. Ayúdame a preservar mi paz y a contrarrestar los obstáculos que se presentan. Sé que siempre me acompañas. San Alejo, te invoco humildemente para mi auxilio.

Te suplico que alejes de mí las influencias de Satanás, los espíritus malignos y los trabajos de brujería lanzados por personas envidiosas. Permite que los mentirosos, ruines y traidores se alejen de mi.

Bendito San Alejo, te ruego que, bajo tu intercesión divina, separe mi vida, hogar, familia, bienes, dinero y trabajo de cualquier acto de brujería, engaño, mal de ojo, envidia y traición.

Amén.

Reza una gloria un padrenuestro y un credo

San Alejo, también conocido como San Alejo de Roma, es un santo venerado en la Iglesia Católica. Aunque la información sobre su vida es limitada y en ocasiones contradictoria, se le atribuyen varios relatos y leyendas.

Se cree que San Alejo vivió en el siglo IV, en la ciudad de Roma. Según la tradición, provenía de una familia noble y rica, pero decidió renunciar a su riqueza y privilegios para vivir una vida de pobreza y devoción religiosa. Se dice que abandonó su hogar en secreto la noche de su boda y se embarcó en un viaje de peregrinación.

Durante su peregrinación, San Alejo vivió como un mendigo y llevó una vida de extrema humildad. Se dice que viajó a Edesa (en la actual Turquía) y después a Roma, donde vivió como un pobre mendigo cerca de la casa de sus padres sin ser reconocido. Según la leyenda, incluso trabajó como criado en la casa de sus propios padres, quienes nunca supieron su verdadera identidad.

San Alejo fue conocido por su vida de santidad, oración y caridad hacia los más necesitados. Se dice que tenía el don de la curación y realizó varios milagros durante su vida. Después de su muerte, se le atribuyeron numerosos milagros de curación y protección a través de su intercesión.

En cuanto a su canonización, San Alejo fue reconocido como santo por la veneración popular y la tradición de la Iglesia. No hay registros históricos precisos sobre el proceso de canonización formal, ya que tuvo lugar en una época en la que no existía un procedimiento canónico establecido como en la actualidad. Sin embargo, la Iglesia Católica ha reconocido y venerado a San Alejo como santo a lo largo de los siglos.

Es importante tener en cuenta que algunas de las historias y leyendas sobre San Alejo pueden contener elementos simbólicos y no deben tomarse de manera literal. La figura de San Alejo ha sido venerada como un ejemplo de renuncia, humildad y devoción a lo largo de la historia cristiana.

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