Rosas Celestiales oración a la Virgen María por un Milagro Urgente
Rosas Celestiales oración a la Virgen María por un Milagro Urgente. Amada Virgen María, radiante gloria de los justos, elegida hija de Dios Padre y pura Madre del Hijo, me encuentro aquí ante ti para expresarte mi amor y ofrecerte todo mi ser en busca de tu bendición, porque en ti deposito toda mi confianza.
Dulce Virgen María, en este momento, te invoco con humildad, implorando tus favores y solicitando tu ayuda llena de bondad y clemencia. Admirable Madre, portadora de la divina gracia, consuelo de los afligidos y redentora de los pecadores.
Presencia divina de Dios, te pido que, por tu inmaculado corazón, tengas piedad de todos aquellos a quienes amo, impidiendo que enfrenten dificultades similares a las mías, pues es uno de los milagros que anhelo de ti.
Haz que el Espíritu Santo erija en nuestros corazones un muro que rechace todo mal, ya sea envidia, reproche, maldad, mal de ojo, hechicería o simplemente una palabra mal intencionada de aquellos que nos odian.
Virgen María, concédeme lo que tanto necesito y fervorosamente te pido, por los méritos de Jesús y los tuyos, siempre en aras de la gloria de la Santísima Trinidad y el bien de mi alma. Hoy acudo a ti, poderosa intercesora.
Amada Virgen María, madre de Jesús, en tus manos confío la concesión de lo que para mí parece casi imposible. Que así se resuelvan las dificultades, preocupaciones y dolores que esta situación angustiosa provoca.
Dulce Virgen Santa, noble reina de los ángeles y esposa del Espíritu Santo, recuerda que eres mi Madre. Imploro tu urgente auxilio y te ruego María, Santa Señora, ruega por todos nosotros a tu Santísimo Hijo, nuestro señor y Maestro.
Amén.
Reza un Padrenuestro y una Gloria
Esta oración se realiza durante 7 días seguidos, tanto en la noche como en la mañana. Puede ser recitada en cualquier momento en busca de paz y tranquilidad.
La Virgen María
María es conocida principalmente como la madre de Jesucristo, el fundador del cristianismo. Su historia se relata en los Evangelios del Nuevo Testamento en la Biblia.
Según la narrativa bíblica, el ángel Gabriel visitó a María para anunciarle que daría a luz al Hijo de Dios. Este momento, conocido como la Anunciación, es crucial en la historia cristiana.
María jugó un papel central en la historia de la Natividad, ya que dio a luz a Jesús en Belén. La escena del pesebre con María, José y el niño Jesús es una representación común en la iconografía cristiana.
Aunque los Evangelios no proporcionan muchos detalles sobre la vida posterior de María, se la considera un modelo de humildad y devoción. Su vida silenciosa después de la muerte de Jesús ha llevado a diversas tradiciones y devociones marianas.
La Asunción de María es la creencia de que fue llevada al cielo en cuerpo y alma. Además, hay dogmas marianos, como la Inmaculada Concepción (la creencia de que María fue concebida sin pecado original) y la maternidad divina de María.